Isabel Bolívar cumple 25 años de protagonismo en Verano de Cuento

Verano de Cuento, el festival de narración oral de El Sauzal, cumple en el presente 2024 un cuarto de siglo de historia, 25 años en los que se han sucedido decenas historias y relatos a través del milenario arte de contar. En esta nueva edición estará presente una vez más Isabel Bolívar, quien fuera una de las protagonistas en aquel año de debut del festival.

Verano de Cuento dará comienzo el próximo viernes, 19 de julio, con las narraciones de Óscar Bacallado (‘La Cuentería) y Antonio Conejo (‘Criaturas en extinción’) y se mantendrá activo hasta el penúltimo fin de semana agosto con su actual programación para adulto en la noche de los sábados y su sesiones familiares en la mañana de los sábado, además de sus actividades paralelas. Toda la programación se puede consultar a través de la web www. veranodecuento.com

“Sin duda tengo una relación de amor incondicional con Verano de Cuento –comenta Isabel Bolívar-; marcó el comienzo de mi carrera profesional como narradora. Participé en la primera contada de la primera edición, así que, el Festival y yo cumplimos los mismos años en la senda del cuento, nada más y nada menos, que 25”.

“Y todo comenzó porque vi un anuncio en la Universidad de La Laguna en el que una Compañía de teatro buscaba actores y actrices. Arranqué el teléfono, llamé hice el casting y me cogieron. El director de dicha compañía era Juan Reyes, que me apadrino desde el principio, confió en mí, me dio alas para crecer en escena, y luego, me brindó la oportunidad de participar en el Festival. Por tanto, Verano de Cuento es mi casa.”

Las anécdotas en este cuarto de siglo son numerosas: “He contado para 4 personas y para 700, he contado embarazada, me he casado en escena, he paseado por la alfombra roja, he estrenado todas mis propuestas para público adulto. Vamos, que he gozado a lo grande, y aprendido mucho también. El escenario de Verano de cuentos es abrumador, todo ese público sentado en la escalinata que parece que se te viene encima como una ola, toda esa gente de ojos brillantes y orejas deseosas de escuchar, porque desde luego que el público que acude es lo que yo llamo ‘profesional’. No sólo porque se llevan cojines, mantas y paraguas, sino por su capacidad de escucha”.

La experiencia de subir al escenario a narrar una historia ofrece sensaciones intensas. Para Bolívar, lo mejor de enfrentarse al público es “vivir intensamente, jugar libre, contar de forma bella lo que siento y pienso. Vibrar, ponerme a prueba, mejorar… Establecer una conexión profunda inexplicable con el otro, con el público, que, en mi caso se convierte en familia, porque viene a mi encuentro a través del tiempo y el espacio, por lo que, de alguna manera crecemos juntos”.

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